Las semillas, pepitas o pipas de calabaza, son conocidas, sobr etodo, como un aperitivo para “picar” entre horas (omúnmente tostadas y saladas).
Se trata de un snack muy nutritivo, aunque, la mejor forma de consumirlas es en crudo, ya que, al someterlas a altas temperaturas, los ácidos grasos que contienen se oxidan y pierden sus beneficios.
Lo mismo ocurre con su aceite: prensado en frío, y tomado en crudo, es la mejor forma de beneficiarse de todas sus propiedades.
A nivel nutricional debemos destacar que son ricas en:
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Hierro, mineral que interviene en el transporte de oxígeno en sangre, participa en la producción de hemoglobina, ADN y colágeno y forma parte de la respiración celular entre otras funciones.
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Potasio, que interviene en la producción de proteínas, desarrollo muscular, controla la actividad eléctrica del corazón, el equilibrio del PH orgánico y ayuda a descomponer y utilizar los glúcidos.
- Zinc, que contribuye a regular y fortalecer el sistema inmunitario, muy importante en la división y crecimiento celular, así como el la cicatrización de heridas o la degradación y uso de glúcidos.
- Omega 3, que contribuye a mantener unos niveles de colesterol y una tensión arterial normales a la vez que poseé propieadades antiinflamatorias.
- Omega 6, que interviene en la formación de hormonas y normal funcionamiento sistema inmunitario,
- Triptófano, un aminoácido esencial que interviene en la formación de melatonina y serotonina, por lo que ayuda a conciliar el sueño y sentirnos relajados y de buen humor.
- Vitamina E, que junto con el Zinc, convierten a las semillas de calabaza en un alimento antioxidante, que contribuye a proteger el organismo de los radicales libres.
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Además, contiene cucurbitina, que contribuye a ayudar en aumentos de prosta beningnos.
- También contiene arginina, un aminoácido que ayuda a fabricar espermatozoides, por lo que podría estar indicado para aumentar la fertilidad en hombres.