Las semillas de amapola (Papaver rhoeas), son muy apreciadas tanto por su sabor, muy suave y que recuerda ligeramente a las nueces, como por sus múltiples beneficios. Entre sus cualidades destacan:
- Contienen ácidos grasos Omega-3 y 6, que son ácidos grasos insaturados. Los ácidos grasos Omega-3 son ácidos grasos esenciales poliinsaturados que el organismo humano no puede fabricar a partir de otras sustancias y, por tanto, tiene que aportarlas a través de la alimentación. Diversos estudios evidencian que los ácidos grasos Omega-3 contribuyen a un normal funcionamiento a nivel cardiovascular (1). Aunque suele considerarse que la única fuente de Omega-3 es el pescado, lo cierto es que el mundo vegetal nos ofrece excelentes productos ricos en estos ácidos grasos esenciales. Es muy importante mantener un buen equilibrio entre los ácidos grasos Omega 3 y 6 del organismo y, las semillas de amapola, contienen ambos en una óptima proporción.
- Contiene vitaminas del grupo B y en Fósforo, por lo que es un alimento a tener en cuenta por los estudiantes.
- Contienen Calcio y Magnesio, por lo que quienes quieran cuidar el estado normal de sus huesos y dientes, encontrarán en ellas estos minerales.
- Contienen vitamina A, que contribuye a la normal protección de la piel y el cabello.
- Su contenido en fibra las convierte en un alimento a tener en cuenta para aquellas personas que quieran regular su incrementar su consumo de fibra o controlar su apetito, debido al efecto saciante de la fibra.
¿CÓMO TOMAR LAS SEMILLAS DE AMAPOLA?
Existen múltiples formas de incorporar estas semillas a nuestra alimentación, siendo la más común incorporarla a la masa de panes, bizcochos y pasteles.
Es recomendable tostarlas antes de comerlas ya que así desprenderán todo su aroma.